jueves, 30 de mayo de 2013

La comunicación a través de ondas

Todos los sistemas de telecomunicaciones modernos tienen algo en común más allá de los principios anatómicos que describíamos en la entrada anterior: que la comunicación se realiza siempre a través de ondas. Nada de palomas mensajeras, botellas o furgonetas; los únicos vehículos que pasan hoy en día (en realidad, desde hace ya más de 150 años) por las mentes de científicos e ingenieros son las ondas. Pronto explicaremos que todo pasa por darles la forma adecuada a fenómenos tan familiares como el sonido y la luz... aunque al hacerlo no oigamos ni veamos nada. Pero antes, veamos qué son las ondas y cómo podemos montar información sobre ellas.

lunes, 20 de mayo de 2013

Anatomía básica de un sistema de telecomunicaciones

La palabra "telecomunicación" significa "llevar información de un lugar a otro". Aunque al oírla te vendrán a la mente invenciones como el teléfono, la radio o la televisión, los humanos hemos estado moviendo información de aquí para allá desde mucho antes de que existieran esos artilugios, antes incluso de que inventáramos la escritura. Lo hacemos desde que somos humanos, desde que tenemos lenguaje para describir lo que percibimos y para decirnos cosas. Empezando por el simple hecho de hablar unos con otros, siguiendo por las señales de humo de los indios de Norteamérica o los aborígenes australianos, los tambores parlantes del África occidental y diversas formas de mensajería a pie, a caballo, en botella, con palomas, … podríamos encontrar cientos de ejemplos de sistemas de telecomunicación de baja tecnología (en inglés, low-tech).

domingo, 19 de mayo de 2013

¡Hola, mundo!

Dentro de lo que hemos dado en llamar Sociedad de la Información, los sistemas de telecomunicaciones se han convertido en una necesidad absoluta, en una herramienta que ha revolucionado nuestra forma de vida. Asimilamos nuevas invenciones a un ritmo vertiginoso y al poco rato actuamos como si hubieran estado ahí desde siempre. ¿Te imaginas prescindir totalmente de la televisión, del teléfono, de cualquier medio de acceso a Internet e incluso de la radio del coche? ¿Podríamos soportar las actuales densidades de tráfico aéreo y marítimo si no contáramos con sistemas de navegación como el radar o el GPS? ¿Qué precisión podríamos esperar de las predicciones meteorológicas sin ayuda de ojos espaciales como los del Meteosat? Dependemos de estos cacharros y nos volvemos exigentes con ellos, pero rara vez nos preguntamos por su funcionamiento o nos paramos a pensar sobre cómo podrían mejorarse.